La música está presente desde el inicio de los tiempos, donde las tribus creaban rituales sonoros, tanto para invocar fertilidad como para todo tipo de celebraciones, dejando en nosotros una huella tan vigente que se hace presente hoy día, y tiene gran importancia en nuestra rutina y por supuesto en nuestra cama.
La música, tanto en la previa como en el momento del acto sexual es un ítem imprescindible. Impregna nuestro cuerpo de sonidos, generando un vaivén sonoro inagotable de sentido.
La música nos traslada, nos trasciende, llevándonos a lugares icónicos, a lugares que no reinan en el plano inteligible.
Es como la banda sonora de una peli, donde las imágenes cobran más valor con una sinfonía de fondo compuesta para la ocasión.
Y una escena de amor…. ¿Qué sería de las comedias románticas sin musiquita para los oídos?
En fin, lisa y llanamente, la vida sin música es inimaginable. Y el sexo, ni que hablar.
El ser humano tiene la capacidad de sincronizarse con los ritmos de su alrededor; desde el ritmo cardíaco hasta los impulsos nerviosos que corren por nuestro cerebro; ahora bien, imagínate acariciar a tu pareja al ritmo de las notas musicales que elijas para ese momento. Hay algo de una sincronicidad en el timing que hace que cada roce sea supremo.
No es lo mismo hacerlo con ACDC que hacerlo con Celine DION😅🤣
La diferencia es abismal. Tú eliges el ritmo, el género y la melodía.
Hay boleros, jazz, blues, rocks, tangos, cumbias y músicas clásicas como cantidad de parejas y gustos. Desarrolla tu oído y dale magia a tus tímpanos.
El secreto está en que el ritmo sea constante y que la melodía sea variable, y no solo en las caricias, sino en todo el encuentro; al sincronizarse y jugar con la melodía, podrás ser capaz de extender el tiempo de acción y abrir una puerta que no muchas personas son capaces de abrir, llegar al clímax juntos.
Ahora imagínalo acompañado del efecto de 36 horas que te entrega la Naranja, dándote múltiples erecciones bajo estímulos genuinos para cada melodía nueva.
Recuerda: un estímulo genuino marca la diferencia.
Pon en marcha tu mejor vinilo, sube los decibeles y baila con la Naranja, al mejor ritmo.
La Naranja incomparable.