La disfunción eréctil es la incapacidad repetida de lograr o mantener una erección lo suficientemente firme como para tener una relación sexual satisfactoria.
La disfunción eréctil puede ser, aunque no necesariamente, una incapacidad para alcanzar una erección satisfactoria, una capacidad inconsistente para hacerlo o bien la tendencia a tener únicamente erecciones breves. Estas variaciones hacen difícil definirla y calcular su incidencia.
En los hombres mayores, generalmente tiene una causa física, como una enfermedad, una lesión o efectos secundarios de medicamentos. Cualquier trastorno que cause una lesión en los nervios o que deteriore el flujo de sangre al pene puede causar disfunsión erectil. La incidencia aumenta con la edad: alrededor del 5 por ciento de los hombres de 40 años de edad y entre el 15 y el 25 por ciento de los hombres de 65 años de edad experimentan disfunsión erectil. Sin embargo, la disfunción eréctil no es necesariamente una parte inevitable del proceso de envejecimiento.
Otras causas posibles son el tabaquismo y el consumo excesivo de bebidas alcohólicas y el consumo excesivo de la marihuana, que afectan el flujo sanguíneo en las venas y en las arterias, y anormalidades en las hormonas, como, por ejemplo, una cantidad insuficiente de testosterona. El incremento de prolactina que pueden producir algunos fármacos, como los ansiolíticos y antipsicóticos (risperidona, olanzapina, haloperidol), puede provocar también disfunción eréctil. Las causas hormonales suelen afectar también la libido.